En muchas sociedades del planeta se están viviendo procesos violentos, protagonizados por jóvenes de ambos sexos, que se incorporan a grupos con códigos secretos, que están presentes en las ciudades y cuyos miembros pertenecen a todos los estratos sociales, pero sobre todo a la población más empobrecida. Son los jóvenes de pandillas, de tribus, de maras, de naciones. Si bien hay diferencias entre ellos, se pueden encontrar muchos rasgos comunes. Ser pandillero plantea una forma de vivir la ciudad, la polis. Nos encontramos frente a un acontecimiento político, que tiene sus propios códigos y estructuras que representan una cultura en la que el manejo del poder está siempre presente. Entendemos que es posible cambiar las actitudes de las pandillas si las abordamos desde ángulos que confieran a sus miembros la identidad que buscan y si tratamos a esos grupos como sujetos y no como problemas sin rostro. El desafío es cómo reconstruir ciudadanía apoyándose en los valores que estos grupos tienen, potenciando sus capacidades y formas de expresión, utilizando sus liderazgos, sus formas de cohesión y permitir que sus propuestas sean reconocidas como tales por ellos mismos apara que puedan reconstruir el tejido social de la ciudadanía que les tiene miedo, los margina y los rechaza. En esta sociedad cambiante hay algunas personas y grupos que permanecen al margen de esa evolución, de ahí la palabra marginados. Como están fuera, también se les llama excluidos y, otras veces, son expulsados del sistema en el que habitan pues no se les considera rentables ni eficaces. El marginado y el excluido pueden intentar incluirse pero el expulsado vive su realidad como una fatalidad que le impide ser él mismo. Esto produce un desaparecido de los escenarios públicos, un no-persona, sujetos que no importan y de quienes nada se espera, a los que hay que evitar, a ... A partir de esa ausencia de reconocimiento, los jóvenes buscan a sus pares, sus semejantes, los otros expulsados como ellos, para hacer irrupción en el mundo desconocido de los otros, desde donde pueden manifestarse con ritos, vestidos y conductas que los hagan visibles e invisibles. Si somos conscientes de que antes de ser victimarios han sido y son víctimas, debemos considerarlos como jóvenes combatientes de otras guerras en las que las armas están en manos de personas que comienzan la vida. El tráfico de drogas y de armas, que los utiliza, se escuda en los jóvenes, considerados por la sociedad como los únicos malhechores mientras los traficantes ocultan su rostro, sus riquezas, sus intereses y se pasean por las calles de nuestras ciudades. Estamos frente a escenarios violentos desiguales, uno estructural y otro de respuesta. El escenario de violencia de respuesta es más fácil de ver y de juzgar. El que lo sostiene es objeto de análisis y denuncias, pero con muy pocas propuestas de cambios reales. Es más fácil condenar la violencia-respuesta que la violencia que las genera. La sociedad tiende a no reconocerse a sí misma en las raíces de este conflicto. Hoy las condiciones y secuelas de la pobreza son más profundas, pues el ambiente del hogar en que se nace marca como hierros el futuro de los niños. La frontera biológica y social entre la niñez, la adolescencia y la adultez prácticamente se borró en nuestros países. La necesidad de trabajar, no importa cómo o bajo qué condiciones, ya no tiene edad.
Vocabulario de los pandilleros
¿Cómo forma el pandillero su vocabulario?En la formación de palabras, el pandillero recurre a dos procedimientos básicos propios de nuestra lengua: la composición y la derivación. Pero además existen otros recursos importantes, comunes sobre todo en el lenguaje familiar, como las onomatopeyas y la creación lexical mediante sílabas iniciales o finales de la palabra original, alteración de letras y sílabas, repetición de sílabas, y hasta agregado de otras sílabas a la palabra original.EJEMPLOS DE COMPOSICIONVeamos algunos ejemplos de composición:a) Sustantivo + sustantivo cocopiña (coco de piña = homosexual), boletrapo (bola de trapo = alcohólico), mariflor (María y Flor = homosexual).b) Sustantivo + adjetivo chancho eléctrico (automotor), estrellita luminosa (marihuanómano), gato azul (persona tonta y aburrida), manga chinga (policía), jocote cocido (ejército), punto rojo (billete de cien córdobas).c) Verbo + sustantivo cazafantasmas (policía), ponerrosa (inodoro), rascabolos (policía).d) Preposición + sustantivo sincopete (cinco)e) Adjetivo + adjetivo malavara (tramposo), mediopolvo (persona de baja estatura), bellezamarina (homosexual), cuateturco (prostíbulo).f) Verbo + verbo piquijale (pica y jale = alejarse, retirarse).Formación de palabras del pandillero mediante composiciónALGUNAS PALABRASA continuación presentamos diez palabras del vocabulario del pandillero con la letra A. abril (tuco): año de cárcel. Ej.: Por lento, te cayeron donas abriles. abrir (hacerse alka seltzer): irse, marcharse, largarse. Ej.: Abrite rápido que la jara ya viene. abuelo (arrojada de abuelo): arrojada de bolo, comida que sirven en las cárceles. Ej.: Ay te traen tu arrojada de abuelo. acalambrado (aculado): acobardado, lleno de miedo. Ej.: El peluche estaba acalambrado cuando lo caneó el polizonte.acalambrar: Acobardarse, llenarse de miedo. Ej.: El que se acalambre que mejor no vaya a la bronca con los traidos.acalambrar: catear, golpear, propinar un golpe. Ej.: "Uñegato" acalambró a mi prix.acalambrar: Amenazar. Ej.: El mandurria de nosotros siempre nos acalambra cuando no queremos cooperar.acoi: aquí. Ej.: Acoi te espero, mi amor.aculado: aguado, nervioso, preocupado. Ej.: Mi prix está aculado por haber participado en el bonche.achote: oro, metal precioso. Ej.: Esa rienda es de achote
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